Alimentos para eliminar toxinas
El cuerpo acumula toxinas, venenos y deshechos cuando comemos y bebemos demasiado, al consumir medicamentos, tabaco y por llevar una vida sedentaria. Todos estos excesos contribuyen a un desequilibrio en el cuerpo y a la obstrucción, por exceso, de las principales vías de desintoxicación: hígado, riñones, pulmones y piel.
El cuerpo humano de por sí ya genera toxinas por el desgaste y la muerte celular, para que además, la degradación de alimentos ingeridos le complique el trabajo.
No hay frase más cierta que “somos lo que comemos”, por eso, conseguir una dieta depuradora, sana y equilibrada es la mejor manera de eliminar todas las toxinas que hemos ido acumulando.
Debemos ingerir las cantidades adecuadas de nutrientes, realizar 5 comidas diarias, donde desayuno, almuerzo y cena deben ser las comidas fuertes, aunque la cena sea la más ligera de ellas. La comida a media mañana y la merienda son importantísimas, ya que evitan que pasemos hambre.
¡Hambre! El mayor temor de las dietas, pero nunca debemos pasar hambre, ¿sabes cual es el mayor problema? Que si nos ahorramos la comida a media mañana y la merienda, pasamos hambre “entre horas”, y a la hora de almorzar y cenar comeremos con más ansiedad, muy rápido y probablemente más cantidad, o algo de picoteo inapropiado. Esto nos hará generar una sensación de saciedad física, por puro agotamiento, pero el cerebro no generará la sensación de saciedad química necesaria que es la que consigue que al cabo de una hora no volvamos a tener hambre.
¿Qué alimentos debemos tomar?
Tomaremos los alimentos más purificantes, sobre todo frutas y verduras, debido a su alto contenido en agua, fibra y potasio, y por su bajo contenido en sodio. El potasio normaliza el balance de agua en el organismo, por lo que favorece la circulación de la sangre y la contracción muscular; mientras que el sodio aumenta la presión arterial. Además, las frutas y verduras tienen acción diurética, por lo que ayudan a depurar y desintoxicar el organismo por la vía del riñón. Y como colofón, son alimentos refrescantes y de bajo aporte calórico; tanto es así que muchos de ellos están considerados como los alimentos de “calorías negativas” un concepto difícil, inapropiado y confuso, ya que las calorías nunca son negativas; pero esto viene de que son alimentos muy bajos en calorías, y que al ingerirlos en pequeñas cantidades, la simple activación de la maquinaria del cuerpo humano de digestión y aprovechamiento de estos nutrientes puede llegar a consumir más calorías de las que estos alimentos aportan. Por este motivo, son la pieza ideal de la comida a media mañana y las meriendas.
Una pequeña lista de estos alimentos sería: como frutas comeríamos fresas, manzanas, peras, cerezas, melocotones y uvas. Y como verduras, tendríamos espárragos, alcachofas, espinacas, berros, cebollas y calabacines. Podría decirse que éstos serían los alimentos más depuradores, pero la lista es más larga.
Otra directriz a seguir es limitar el aporte de proteínas de origen animal, ya que éstas aportan toxinas a nuestro organismo, pero limitar no es eliminar, por ello estas proteínas las conseguiremos con alimentos como el lenguado, la merluza, el rape, el pollo o los huevos cocidos. Las legumbres (sobretodo los brotes de soja) pueden aportarnos también muchas proteínas, pero de origen vegetal, muy beneficiosas y necesarias.
Un gran aporte de antioxidantes en la dieta es esencial e importantísimo para el organismo. Que los antioxidantes son buenos lo habremos oído miles de veces, pero el porqué no, esto se debe a que bloquean la acción de los “radicales libres”, sustancias muy tóxicas que provocan daño celular, causando así enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, algún tipo de cáncer, trastornos degenerativos y el envejecimiento de la piel.
Los antioxidantes más importantes a los que tenemos acceso son las antocianinas, que producen pigmentos de color rojo-azulado y los flavonoides, que producen color amarillento y sabor amargo; por ello, los alimentos que aportan más antioxidantes son las frutas y verduras rojas como frutas del bosque (grosellas, arándanos, moras, endrinas, frambuesas, fresas…), el tomate, las zanahorias, la calabaza, los cítricos e incluso el vino tinto. También el orégano, el aceite de oliva, la cebolla y el té verde.
En este tipo de procesos de depuración es importante eliminar de la dieta los alimentos con alto contenido en toxinas y estimulantes como son las carnes rojas, harinas y pastas. Alimentos como el azúcar, el chocolate y los lácteos; la carne roja deberíamos limitarla a una vez cada 15 días, aportan mucha energía, hierro y son muy pesadas de digerir. Además, debemos evitar las bebidas carbonatadas, café y alcohol, ya que bloquean los canales de drenaje del hígado, impidiendo que se liberen otras toxinas. La cerveza y el vino son las bebidas alcohólicas con menos alcohol, el vino tiene muchos antioxidantes y la cerveza sin alcohol es muy diurética y engorda la mitad que con alcohol porque el mayor componente es agua, así que, sin abusar en absoluto, podemos darnos un pequeño capricho.
Otra cosa importante que debemos de saber es que para aprovechar todas las propiedades de estos alimentos debemos tomarlos en tanto que se puedan crudos, bien lavados y desinfectados. Las verduras que no se puedan comer crudas, legumbres e incluso carnes y pescados, se deben tomar hervidas. Debemos evitar cocinar los alimentos a más de 110ºC, ya que algunas sustancias de los alimentos, al calentarse demasiado pueden sufrir alguna transformación y se convierten en toxinas para el organismo.
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