sábado, 22 de diciembre de 2012

La Meditación


Meditación

    El término meditación se utiliza para describir diversas disciplinas meditativas. El objetivo principal de todas ellas es reducir los niveles de estrés y modificar las emociones de la persona. 
Meditar es liberar la mente de todo lo que ya no nos sirve, es hacer que tus emociones y tu mente guarden silencio para que puedas escuchar la voz del alma. Es como si abrieras una llave por donde fluye una energía muy especial que tiene el poder de hacer nuevas todas las cosas. Meditar durante unos minutos al día puede ayudar a reducir el estrés y además puede ampliar tu visión de la vida.
La meditación puede llegar a ser el mejor amigo de uno porque nos ayuda a liberar todos los pensamientos malos que tiene la mente.

Popularmente se considera a la meditación como un componente de las religiones orientales, pero esto no es exacto. La meditación ha sido practicada durante más de 5.000 años con propósitos intelectuales, religiosos o de salud. Actualmente se ha comprobado que la meditación es efectiva para aumentar el cociente intelectual, mejorar la memoria e incluso cambiar partes del cerebro.

No lo dice un grupo «new age», ni unos amantes de la pseudociencia o de la falsa espiritualidad, sino un equipo de psiquiatras liderado por el Hospital General de Massachusetts, que ha realizado el primer estudio que documenta cómo ejercitar la meditación puede afectar al cerebro. Según sus conclusiones, publicadas en Psychiatry Research,  la práctica de un programa de meditación durante ocho semanas puede provocar considerables cambios en las regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la autoconciencia, la empatía y el estrés. Es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud.
“Aunque la práctica de la meditación está asociada a una sensación de tranquilidad y relajación física, los médicos han afirmado durante mucho tiempo que la meditación también proporciona beneficios cognitivos y psicológicos”, explica la psiquiatra Sara Lazar, autora principal del estudio. La nueva investigación demuestra que los cambios en la estructura del cerebro pueden estar detrás de esos beneficios demostrados, y que la gente no se siente mejor solo porque se han relajado.

Lazar ya había realizado estudios previos en los que había encontrado diferencias estructurales entre los cerebros de los profesionales de la meditación, con experiencia en este tipo de prácticas, y los individuos sin antecedentes, como, por ejemplo, un mayor grosor de la corteza cerebral en áreas asociadas con la atención y la integración emocional. 

Es fascinante ver la plasticidad del cerebro y cómo, mediante la práctica de la meditación, podemos jugar un papel activo en el cambio del cerebro y puede aumentar nuestro bienestar y calidad de vida.
Para entender cómo meditar debemos conocer la función de la meditación y en qué aspectos nos puede ayudar. Debemos ser conscientes de que, como todo, requiere un esfuerzo y un tiempo.
El fin de la meditación es transformar los estados mentales negativos en positivos, sean tristeza, odio, nerviosismo o cualquier otro. El trabajar con la meditación y saber cómo meditar correctamente no solo nos ayudará a conseguir un estado de mayor satisfacción emocional, sino que también nos ayudará a estar más tranquilos y equilibrados emocionalmente.
La práctica de meditación ayuda a retrasar el envejecimiento, además otorga paz interior, reduce el riesgo de enfermedades e incluso puede alargar la esperanza de vida. 
De este modo la meditación es perfecta para la salud, ya que proporciona el mayor beneficio en el menor tiempo. Veinte minutos al día de meditación aportan a la persona paz interior, reduce el riesgo de enfermedades e incluso puede alargar la vida. Las investigaciones confirman que la meditación puede ralentizar el envejecimiento de las células y prolongar la vida.

En la actualidad es normal no encontrar muchos momentos al día para dedicar a la meditación, pero si realmente tenemos ganas de aprender a meditar seguro que encontraremos unos minutos al día, como por ejemplo antes de acostarse, al levantarse, al mediodía, etc. Solamente son necesarios unos minutos al día, nada más.

Meditar como lo hace un auténtico meditador no consiste simplemente en sentarse y no hacer nada, el hecho de meditar requiere una gran concentración. Muy posiblemente al principio nos cueste centrar la atención en distintos focos, pero si insistimos día a día veremos como cada vez nos es más fácil adquirir un estado de relajación y paz.

Existen tantos métodos de meditación como instructores en el mundo, pero una forma sencilla y con buenos resultados puede conseguirse siguiendo estos pasos:

Crea un ambiente tranquilo y relajante
Apaga la televisión y cualquier otro aparato que pueda hacer ruido. La música de relajación puede venir muy bien, así como un poner un incienso y una vela . Asegúrate que hayas apagado tu teléfono para evitar distracciones.


Siéntate en una silla o sobre un almohadón
No tienes que doblar las piernas para ponerte en la posición de loto o en alguna posición inusual, pero puedes hacerlo si es confortable para ti. Lo ideal es que la columna esté alineada (“recta”) y que te sientas cómodo.


Asegúrate de estar bien sentado, de modo que tu posición te permita respirar con facilidad
Esto ocurrirá naturalmente si tus rodillas están debajo del nivel de tu cintura. No es recomendable tenderse completamente, es posible que te quedes dormido al meditar en esta posición.


Tus ojos pueden estar cerrados o abiertos (ligeramente entrecerrados)
Si los tienes abiertos encuentra algo tranquilo que puedas mirar.


Utiliza la respiración consciente como foco de atención
Pon tu atención en cómo entra y sale el aire por tus fosas nasales. Al principio no intentes cambiar la forma en la que lo estás haciendo, solo deja que tu atención se centre en cómo fluye el aire por tus fosas nasales. Siente cómo el aire entra y sale. No lleves tu atención a ninguna otra parte de tu cuerpo. Poco a poco vas a ir realizando una respiración consciente cada vez más profunda, más y más profunda.


Relaja cada músculo de tu cuerpo
No tengas prisa al hacerlo, toma tiempo relajarse completamente y debe hacerse poco a poco. Empieza por la punta de tus pies y ve subiendo hasta que llegues a tu cabeza. Siente cómo tu cuerpo se relaja más y más con cada respiración.


Cuando te vengan pensamientos, del tipo que sean, vuelve a poner tu atención en la respiración, en las fosas nasales

No se trata de que pongas la mente en blanco. Se trata de que aquietes tu mente. Dirigiendo la atención hacia la respiración disminuirá el número de pensamientos y habrá más espacio entre ellos.


Si haces la meditación clásica de toda la vida, tienes que estar en silencio

En silencio, centrado en tu respiración y observando cómo fluyen los pensamientos, sin identificarse con ellos, solo observándolos desde fuera.


Cuando lleves un rato en silencio (lo cual constituye la parte primordial de la meditación), puedes, por ejemplo, mentalmente poner tu atención en palabras que te agraden y vayan contigo

Si eres una persona visual, en palabras que evoquen imágenes. Si eres una persona auditiva, en palabras que evoquen sonidos. Si eres una persona kinestésica (movimiento), usa palabras que evoquen sentimientos.


Repite estas palabras de modo que te animen a lograr lo que deseas

Por ejemplo, repite lo relajado que estás diciendo "Estoy completamente relajado", o “Estoy tranquilo y en paz”


Visualiza un lugar tranquilo para ti

Este puede ser real o imaginario. Este paso puede reemplazar la repetición de palabras, trabajar juntas o ser omitida si deseas.


Con el tiempo puedes practicar otras meditaciones como son la meditación de observación de la realidad, la meditación caminando, la meditación con mantras, la meditación (concentración) mirando la llama de una vela, la meditación del amor, la meditación de la compasión y otras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario