La Terapia Craneo-Sacral (TCS) es una técnica manual suave y profunda, desarrollada por el osteópata estadounidense Dr. William G. Sutherland a comienzos del siglo XX.
Es una técnica derivada de la osteopatía que trabaja con las manos para evaluar y estimular el funcionamiento del sistema cráneo-sacral de nuestro cuerpo.
El sistema cráneo-sacral se compone de las meninges y el líquido cefalorraquídeo que rodean y protegen el encéfalo y la médula espinal. Todo este sistema se extiende por los huesos del cráneo, la cara, la boca, y desde el cráneo continúa por toda la columna vertebral hasta llegar al sacro, y se transmite también a todos los órganos y tejidos corporales.
El ritmo del sistema cráneo-sacral se puede sentir tan claramente como los ritmos cardio-vascular y respiratorio, pero a diferencia de los otros ritmos, el ritmo cráneo-sacral (RCS) se puede evaluar y corregir a través de la palpación. La potencia y calidad con que emerge y se transmite este ritmo a todo el organismo determina su estado de salud y vitalidad de la persona.
En respuesta a golpes físicos, malas posturas prolongadas, sobreesfuerzos, tensiones, problemas emocionales, etc., los tejidos del cuerpo se contraen. En ocasiones, esta contracción (sobre todo si el golpe ha sido fuerte o el trauma emocional intenso) queda contenida en el cuerpo, limitando su buen funcionamiento, y creando restricciones que provocan problemas que pueden incluso durar años.
Durante la sesión el usuario siente el contacto ligero de las manos del naturópata entrenado en “escuchar” los movimientos sutiles del cuerpo, sus ritmos, pulsaciones y patrones de congestión y resistencia. Esta “escucha” proporciona información importante sobre el funcionamiento de la persona en su totalidad.
En la TCS se realizan manipulaciones muy ligeras sobre el cráneo y el resto del cuerpo que mejoran el equilibrio y la funcionalidad del sistema nervioso central, del sistema nervioso autónomo y del sistema hormonal, causando una relajación muy profunda que permite llegar a lo más profundo y mejorar la organización del cuerpo desde dentro. Así se complementa el proceso de sanación natural del cuerpo y además crea resistencia a enfermedades, por lo que también es usada como una medida de prevención.
Cuando se liberan las tensiones, se libera también la energía que antes se utilizaba para mantener la contracción. Por lo tanto, uno de los beneficios de esta técnica es aumentar nuestro nivel de energía.
La TCS es tan suave y segura que resulta apropiada para personas de todas las edades, desde ancianos hasta niños y bebés, así como durante el embarazo y postparto, después de una operación, un accidente o en condiciones de fragilidad. Al tratarse de una terapia holística, puede ayudar a las personas con casi cualquier condición, incrementando su vitalidad y permitiendo utilizar sus propios recursos de autocuración.
La TCS trata todo tipo de dolencias, pero, sobre todo aquellas producidas por el exceso de tensión muscular o anomalías óseas. Es muy efectivo en casos de migraña, al trabajar principalmente sobre el cráneo, los dolores de espalda, pues también se trata la columna, así como lumbalgias, ciatalgias, etc.
En casos de personas con problemas psiquiátricos da muy buenos resultados, pues es una terapia muy relajante.
La sanación no solo se produce a nivel físico, sino también emocional. Se consigue estar mas receptivo con el propio cuerpo, a identificar mejor los mensajes que envía, sobre todo en circunstancias de la vida que nos provocan estrés y ansiedad, como toma de decisiones pendientes, situaciones que no podemos controlar y debemos aceptar…
Además de ayudar al crecimiento personal confrontando al usuario con sus patrones de conducta y dándole herramientas que le permitan modificarlos, esta técnica ofrece buenos resultados también para problemas inflamatorios, de alergias, dolores de tipo nervioso como migrañas, jaquecas, enfermedades psicosomáticas como neurosis, ansiedad, depresión, dolores crónicos, fibromialgia…
Estos son, entre otros muchos, algunos de los problemas de salud más comunes de los que puede beneficiarse con la Terapia Craneo-Sacral:
- Dolores de cabeza y migrañas
- Dolores de cuello y espalda
- Problemas motores y de coordinación
- Desórdenes del sistema nervioso central
- Escoliosis, desórdenes provocados por ortodoncia
- Fatiga y dolor muscular, problemas del tejido conectivo
- Síndrome de articulación temporomandíbular (ATM)
- Desórdenes neurovasculares o del sistema inmunológico
- Desórdenes causados por estrés post-traumático
- Traumas post-cirugías
- Problemas articulares y óseos (hernias, dolores de espalda, ciática...)
- Lesiones articulares o musculares por deporte
- Desórdenes infantiles: problemas de lenguaje, déficit de atención, hiperactividad
- Problemas de aprendizaje
- Fatiga crónica
- Fibromialgia
- Dificultad emocional, emociones suprimidas
- Problemas relacionados con estrés y tensión
- Ansiedad
- Autismo
- Depresión
- Problemas digestivos
- Hiper e hipotiroidismo
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